A LOS HOMBRES FUTUROS.
Vosotros, que surgiréis del marasmo en el que nosotros nos hemos hundido, cuando habléis de vuestras debilidades, pensad también en los tiempos sombríos de los que os habéis escapado. Cambiábamos de país como de zapatos a través de las guerras de clases, y nos desesperábamos donde sólo había injusticia y nadie se alzaba contra ella. Y sin embargo, sabíamos que también el odio contra la bajeza desfigura la cara. También la ira contra la injusticia pone ronca la voz. Desgraciadamente, nosotros, que queríamos preparar el camino para la amabilidad no pudimos ser amables. Pero vosotros, cuando lleguen los tiempos en que el hombre sea amigo del hombre, pensad en nosotros con indulgencia.
Bertolt Brecht.
Bertolt Brecht fue un escritor alemán, nacido en Augsburgo en el año 1898. Desde muy pequeño sintió afición por las letras y publicó su primera obra cuyo título era «Baal» cuando tenía 20 años. Se dice que era un joven sumamente rebelde, opuesto a las ideas de la casa paterna y dispuesto a vivir a su manera, dejándose atraer por lo extravagante y viviendo intensamente cada segundo. Posiblemente esta forma de vivir fue la responsable de que buscara en el arte la forma de entender la realidad, viendo la literatura como una herramienta para conseguir un cambio en su entorno. Durante la I Guerra Mundial y a causa de sus ideas marxistas, Brecht fue obligado a exiliarse y vivió en Rusia, Estados Unidos, Suiza y Finlandia. De esta época datan gran parte de sus obras, tales como «Tambores en la noche», » Pero en la fría noche» y «Galileo»; la mayoría de ellas, con un tono político rebelde y social.
Brecht falleció en agosto de 1956 en Berlín y es recordado como uno de los poetas y dramaturgos más influyentes del siglo XX, creador del teatro épico y autor de una poesía cristalina y viva, gracias a la cual ha logrado trascender y convertirse en una lectura indispensable para aquellos amantes del teatro y sobre todo de la poesía social.
Uno de sus escritos más polémico es sin duda «El analfabeto político »
«El peor analfabeto
es el analfabeto político.
Él no oye, no habla
ni participa en los acontecimientos políticos.
No sabe que el costo de la vida,
el precio de los frijoles, del pescado,
de la harina, del alquiler, del calzado
y de las medicinas,
dependen de las decisiones políticas.
El analfabeto político es tan animal
que se enorgullece e hincha el pecho
al decir que odia la política.
No sabe el imbécil que
de su ignorancia política proviene
la prostituta, el menor abandonado,
el asaltador, y el peor de los bandidos,
que es el político aprovechador,
embaucador y corrompido,
lacayo de las empresas nacionales y multinacionales.»
También se dió el gusto de escribir su epitafio:
«Escapé de los tigres
alimenté a las chinches
comido vivo fui
por las mediocridades.»