Hasta los más grandes se permiten jugar un poco con las palabras…
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«In»
– Veamos ―dijo el profesor ―¿Alguno de ustedes sabe que es lo contrario de “in”?
– ¡Out! ―respondió prestamente un alumno.
– Bueno, no es obligatorio pensar en inglés. En español, lo contrario de “in” (como prefijo privativo, claro), suele ser la misma palabra, pero sin esa sílaba.
– Sí, ya sé, profesor: “insensato” y “sensato”, “indócil” y “dócil”, ¿no?
– Parcialmente correcto. No olvide, muchacho, que lo contrario del invierno no es el vierno, sino el verano.
– No se burle, profesor…
– Vamos a ver… ¿Sería Ud. capaz de formar una frase, más o menos coherente, con palabras que si son despojadas del prefijo “in”, no confirman la ortodoxia gramatical?
– Probaré, profesor. “Aquel dividuo memorizó sus cógnitas, se sintió dulgente, pero dómito. Hizo ventario de las famias, con que tanto lo habían cordiado, y aunque se resignó a mantenerse cólume, así y todo en las noches padecía de somnio, ya que le preocupaban la flación y su cremento.»
El profesor admitió sin euforia:
– Sulso, pero pecable.
Mario Benedetti