Al ver esta foto no sólo sentí un agradable placer visual, sino que se me vino inmediatamente a la mente el concepto de libertad. Me pareció una imagen totalmente representativa, ya que las aves no son libres por el hecho de poder tomar vuelo y estar lejos del hombre, condenándonos de alguna manera a no poder disfrutarlas como debiéramos, lo serían si pudieran volar libremente a cualquier parte y cuando lo quisieran, sin importar cuán cerca estuvieran de nosotros.
Y buscando alguna definición de Libertad que pudiera ilustrar un poco mejor esta publicación, me acordé del siguiente diálogo entre una niña y su pediatra:
– Hola doctor, sabe que estuvo buenísimo el acto del 9 de Julio. Cantamos el himno con lenguaje de señas. -una sonriente Lucía de apenas 10 años le cuenta a su doctor luego que éste le preguntara sobre el acto escolar-
– La maestra del otro quinto tiene un hijito que es sordo y disfrutó mucho el habernos enseñado a utilizarlo. -completó la niña-
Sorprendido por su comentario e intrigado por saber cómo la viven y qué sentido tiene para la generación de los niños de hoy, el joven pediatra le pregunta:
– Me dejas pensando con tu historia. ¿Qué es para vos la independencia? -un interrogante que se presume profundo y difícil de interpretar por un niño-
La niña lo mira como pensativa, cómo intentando rastrear alguna definición que le haya tocado en alguna prueba de Sociales, y le contesta:
– Dejar de depender de otro.
– Muy bien ! ¿Y para qué sirve eso? -redobló la apuesta el doctor. Él profesional sabía que los niños son observadores, curiosos y muy inteligentes, y tenía casi la seguridad que se sorprendería con la respuesta.
Tras un largo silencio, en el cual hasta la madre que esperaba atenta se sintió tentada a contestar por ella, la niña responde:
– «Para ser libres, para poder hacer lo que queremos sin que nadie nos mande…»
Mejor definición casi imposible. Hay tratados sobre la libertad, la autodeterminación, que son difíciles de descifrar hasta para los adultos más intelectuales.
Y mientras el doctor continuaba con la consulta se quedó reflexionando sobre cuántos conceptos y definiciones hemos puesto los adultos en nuestros hijos.
Pero…
¿Somos capaces de trasladar a acciones esa exacta respuesta?
¿Somos capaces de abandonar temores y comodidades para dar, más vale según las edades, mayores libertades?
¿Podemos dejar que ejerzan la posibilidad de elegir algunas de sus cosas, el deporte que quieren hacer, la vestimenta que quieren utilizar o el corte de pelo que quieren llevar?
Deberíamos darles, de acuerdo con las diferentes personalidades de cada niño, responsabilidades crecientes. La libertad y la independencia los ayudará a crecer y sentirse protagonistas de su propia vida.
“Tenemos que ayudarlos en sus dificultades, pero no resolverlas en lugar de ellos”.
Si nos animamos… ellos lo harán !!!
Pues, la libertad se vive siendo libres.
(dc)