La función se desarrollaba a teatro lleno con total normalidad. Algunos reían en las partes cómicas, otros parecían disfrutar más los momentos tristes y todos se deleitaban de algún modo con el espectáculo.
Fue el destino quien quiso que sea allí y en plena gala, se iniciará un incendio en el depósito de decorados y se propagara rápidamente por los camarines. Preocupado por los espectadores salió el payaso a escena con desgarrador grito.
«Incendio !!! Incendio !!!»
Sin embargo el inocente e ingenuo público, creyendo que se trataba de un giro en la obra, reía y aplaudía entusiasmado.
«Créanme, por favor !!! Incendio !!! Incendio !!!» – insistía el buen payaso.
Y más fuerte aplaudía la gente deseando con máxima expectativa saber como continuaría la obra…
Fue entonces cuando el triste payaso creyó entender, premonitoriamente e invadido por una tremenda angustia, el porqué en medio del más general de todos los júbilos, perecerá el mundo entero debido al simple hecho de pensar que todo se debe a una inocente y ocurrente broma…
(dc)
De la misma forma, es dificil creer al que siempre mintió.
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