Esa cálida luz…

No soportaba más el sabor de sus propias lágrimas, nada tuvo que ver en ésto el destino, solo él tejió la pegajosa telaraña en la que se veía atrapado.

No comprendía como se había podido dejar engañar por sí mismo, a tal punto de romper lo mas sagrado que tenía.
¿Podría volver atrás ?
Aunque sea hasta aquel día…
No volver a verla a los ojos…

No era solo su vida lo que ahora pesaba…
¿Cuántos eslabones se habrían roto?
¿Cuántas respuestas bien consolidadas, vacías de contenido habrían quedado?
No era su egoísmo el que dolía, no era su dolor el que importaba, sólo la ausencia de esa tremenda fuerza conjunta e Inmaculada lo perturbaba.
Pase lo que pase, ya lo sabía… era muy tarde…
Esa poderosa y cálida luz, del amor nacida y llamada familia, nunca más brillaría…

(dc)

Anuncio publicitario

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s