Por casualidad llegaste a mi vida…
Desde ese momento nunca dejé de estudiarte y por supuesto, más me mostrabas cómo eras, mucho más cerca mío te sentía.
Recorrimos una vida junta, nos peleamos, discutimos, me la hiciste difícil a veces y lograste que nunca deje de intentar conocerte más, más y mucho más…
Pero me has dado tantas, tantas alegrías, que bien sabes que nunca podré alejarme de tí.
Mi hermosa «Electrónica»
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