» Si los pobres están distraídos, los ricos no tienen nada que temer. »
» Si se tiene riqueza, educación y privilegios, se tiene un deber moral por los demás »
El sociólogo polaco Zygmunt Bauman, que reflexiona sobre la desigualdad social en su último libro, formula desde su título una pregunta:
La riqueza de unos pocos nos beneficia a todos ?
En el libro, con un muy buen fundamento, se expone por qué la respuesta es un «NO» rotundo.
Él piensa que en el siglo XXI nuestra sociedad había dado paso a un estado de liquidez. Líquido significa, literalmente, «aquello que no puede mantener su forma», aplicando este concepto de liquidez a los vínculos afectivos, a la modernidad, al concepto de tiempo, al arte y a la cultura.
Y es así que decidió poner el foco en la desigualdad social que considera es la primera afectada por este problema histórico.
En pequeños fragmentos de su libro se puede interpretar claramente cual es su pensamiento al respecto :
«Hoy la sociedad está cambiando, y los multimillonarios son un grupo cada vez más pequeño que se beneficia del desarrollo de las cada vez mas ascendentes rentas nacionales. Sin embargo, la clase media está más cerca de los proletarios y de la gente que vive en la miseria que de la clase mas rica: lo que yo llamo el ‘precariado'»
«El Estado democrático durante años se ajustó a su promesa y a su responsabilidad de proteger y dar bienestar a cualquier colectivo en contra de la desgracia individual. La gente tenía sentido de pertenencia y solidaridad, hoy todo eso ha cambiado y, cuando llegan los problemas comunales y compartidos, el Estado dice: ‘Es asunto de ustedes; resuélvanlo ustedes'»
«Hoy las 85 personas más ricas del mundo tienen la misma riqueza que los 4 billones de los ‘no-habitantes’ más pobres de la tierra y este es el magma de la situación»
«Las ganancias de una minoría están creciendo exponencialmente, al igual que el hueco que separa la mayoría de la prosperidad que unos pocos de seres felices disfrutan.»
Según el sociólogo y ensayista, la sociedad acepta la desigualdad de forma pasiva por varios motivos. El primero, porque en las últimas decenas de años «cuando hay que enfrentarse a un problema, solo se hace a través de lo que se llama crecimiento económico». «Este crecimiento nos dicen que es la solución, piensan que es ilimitado, pero nosotros sabemos que no es así y que los problemas crecen»,
«Nos han hecho esclavos del consumo, las tiendas, las grandes superficies. La búsqueda de la felicidad equivale a ir de compras.»
Por último y como consecuencia de la aceptación de todo lo anterior, la nueva organización de la vida es «más individual y desregularizada, y eso hacer crecer la insolidaridad».
«Mientras el proletariado esté distraído en su propia desesperación con acontecimientos ficticios creados por los medios de comunicación, los superricos no tiene nada que temer.»