Había llegado el día menos esperado por los que aún podían soñar… El día en que moría el último hombre de manos de un robot. La guerra contra los robots finalizaba y la raza humana ya no tenía representantes sobre la faz de la tierra.
Apenas un instante después, sin lograr encontrar sentido alguno a la victoria, sin poder disfrutarla y siendo totalmente incapaces de vivirla, los artilugios electromecánicos se paralizaron por completo, habían quedado huérfanos de toda misión.
Daniel Calcagni