El profesor tomaba lista, al llegar a Santiago Maldonado nadie levantó la mano…
El médico salía de su consultorio y en voz alta llamaba a Santiago Maldonado, nadie se hizo presente…
Se escuchaba por el altavoz de la humilde estación de tren que el señor Santiago Maldonado se haga presente en el sector de informes , nadie lo hizo…
Se anunciaba en el gran salón que el señor Santiago Maldonado podía pasar a buscar por la administración algunas pertenencias encontradas, nadie pasó a retirarlas…
Y así, cómo si toda una nación se hubiera puesto de acuerdo, sólo un triste y muy pesado silencio sucumbió al llamado desesperado de toda una sociedad cansada de tanta mentira y crueldad.
Que ese silencio no sea igual al nuestro !!!!