Despierto, respiro, pero no…
La débil luz me dice que ha llegado un nuevo día, pero no…
Vienen a mí claros pensamientos, pero no…
Repaso uno a uno mis más esenciales recuerdos, pero tampoco…
Recién el buscar tu mano entre la sábanas y sentir tus cálidos dedos entre los míos,
puedo percibir que aún… sigo vivo.
Daniel Calcagni.